Banca de reserva fraccionaria

La banca de reserva fraccional o reserva fraccionaria de los depósitos a la vista es un elemento clave en el sistema económico actual. Fue responsable del rápido crecimiento en la época de bonanza y es uno de los señalados como generador de esta crisis.

Reserva fraccionaria.

La reserva fraccionaria surge de la obligación que el banco central impone a todos los bancos de mantener o conservar una fracción de los depósitos que realicen los clientes al banco.

Cada vez que una persona hace una consignación a un banco, el banco no está obligado a mantener ese dinero guardado hasta que el cliente vuelva a retirarlo, sino que el banco sólo debe guardar una fracción de ese dinero, y el resto puede invertirlo, como prestarlo a otros clientes, invertirlo en bonos, acciones, infraestructura, etc.

Por ejemplo, si usted consigna $10.000.000 en su cuenta de ahorros, el banco puede prestar gran parte de ese dinero a otra persona, debiendo mantener una reserva de apenas una fracción de esos $10.000.000.

Dinero fraccionario.

La reserva fraccionaria se presenta como la obligación que tiene todo banco de reservar una fracción del dinero que capta del público, pero en realidad, lo que le permite es prestar o invertir hasta cierto monto de ese dinero recaudado, que, por el efecto multiplicador del dinero, se convierte en una emisión de facto de dinero fresco.

Efecto multiplicador del dinero.Así funciona el efecto multiplicador del dinero en la banca fraccionaria que incrementa la oferta monetaria sin imprimir o emitir moneda.

El dinero fraccionario en sí no es más que dinero creado por el banco, lo es un riesgo porque supone que los clientes en una economía normal nunca acuden al banco a retirar todo su dinero, de modo que el banco sólo mantiene una pequeña parte de dinero en efectivo para entregarlo a quienes lo soliciten.

Pero si hay una situación de pánico y la gente acude en masa a retirar su dinero, el banco no podrá entregarles a todos su dinero porque no dispone de él, y por eso cuando ello sucede el gobierno interviene, ya sea inyectando dinero fresco a los bancos, o en casos extremos prohibiendo los retiros o limitándolos a ciertos montos, o sólo permitiendo transacciones electrónicas donde no existe dinero físico.

Relevancia del sistema financiero fraccionario.

Retomando, la banca de reserva fraccional consiste en que la entidad bancaria reserva parte de los activos que el inversor deposita y utiliza el resto para realizar diversas operaciones financieras. Esto genera un efecto multiplicador del dinero. La relación entre el requerimiento de reserva y la multiplicación del dinero mediante la actividad financiera es inversamente proporcional.

Se puede decir que la banca fraccional es un juego de confianza inversor/banco. Pero éste sólo funciona cuando el sistema está saneado, como ya se indicó. A fin de cuentas, el efecto multiplicador del dinero no es más que un balance entre dinero real y dinero potencial. Y por ello, la institución bancaria es potencialmente insolvente, pues no garantiza la devolución del dinero depositado en caso de que todos los depositantes lo soliciten al tiempo.

Para asegurar el reembolso se crea la figura de un prestamista de última instancia, el Estado, que inyectará activos a los bancos comerciales mediante el Banco Central. Y es que, llegados a este punto, se pasa de un riesgo a nivel institucional, de banca privada, a un riesgo sistémico.

La explicación de cómo se ha llegado a esto es más sencilla de lo que parece. No es difícil deducir que, si las entidades bancarias rebajan los requerimientos de reserva, aumenta la liquidez y con ello la actividad económica.

La mayor liquidez y fluidez operacional desemboca en una subida de los activos en el mercado financiero, generando lo que se conoce como “burbuja financiera”. Esta burbuja será sostenible mientras los activos continúen al alza, pero pinchará cuando estos bajen.

Por otro lado, el sistema de banca fraccional, a diferencia de la banca de reserva 100%, permite el descalce de plazos. Es decir, los plazos de préstamo pueden ser menores que la capacidad de devolver el montante, prorrogando el periodo, ampliando los intereses y, por ende, alimentando aún más la burbuja. Además, no hay que olvidar que la subida de valor de los activos repercute en la devaluación de la moneda, produciéndose una inflación.

Existe un gran debate creado en torno a la figura de la banca fraccional. Economistas de uno y otro bando discuten la legitimidad y legalidad de este sistema bancario. Destaca la Escuela Austríaca como su máximo valedor. L.V. Mises, quien daba una de las claves para que este modelo funcione en la práctica:

«La única forma de evitar con certeza el riesgo de insolvencia es sencilla. Las obligaciones de pago de los bancos no deben nunca vencer antes que sus derechos de cobro correspondientes.»

Por otro lado, críticos como Hoppe, Block y Hülsmann, afirmaron:

«Cualquier acuerdo contractual que implique presentar a dos personas diferentes como propietarios simultáneos de la misma cosa es objetivamente falso y por tanto fraudulento.»

Cualquiera de las dos opiniones son un reconocimiento del riesgo que representa este sistema para la estabilidad económica, puesto que la primera opinión califica como válido el sistema siempre que el pago de los bancos nunca venza antes que sus derechos de recobro, de suerte que si esa condición no se da el problema es patente, y la segunda opinión abiertamente califica como objetivamente falso al sistema.

Reserva fraccionaria como herramienta de la expansión económica.

La banca de reserva fraccional ha permitido la expansión económica y con ellas las constantes burbujas, en razón a que se le permite disponer del dinero de los cuentahabientes, para sus propias inversiones, que cuando no son conservadores llevan a que los bancos pierdan el dinero de sus cuentahabientes.

Suponga que usted le entrega $100 a su hermano para que se los guarde, y su hermano toma $90 y los invierte en acciones de una empresa que luego quiebra. Cuando usted le diga a su hermano que le devuelva los $100, este sólo podrá devolverle $10, pues los $90 los perdió.

De otra parte, la reserva fraccionaria es lo que en teoría permite a los bancos remunerar los depósitos que hace el cuentahabiente, puesto que el banco invierte ese dinero, y con las ganancias remunera los depósitos.

Si el banco tuviera la obligación de mantener guardado el 100% del dinero que los clientes depositan, no podrían invertir ese dinero y debido a ello no podrán obtener ganancias para remunerar esos depósitos, y el cliente en lugar de cobrar intereses tendría que pagar al banco que actuaría sólo como un mero custodio de ese dinero.

Recomendados.

Compártalo en Facebook Compártalo en Twitter
Deje su opinión o su pregunta.

Regístrese para informarle cuando se responda su pregunta.

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecer un mejor servicio. Al seguir navegando acepta su uso.