Bonos soberanos

El término bono soberano hace referencia a los bonos que emite el gobierno de un país. Y la razón por la que los gobiernos emiten este tipo de bonos no es otra que obtener dinero para financiar servicios gubernamentales y déficits presupuestarios. Estos bonos se pueden emitir con diferentes intereses nominales y con plazos de vencimiento distintos.

Bonos soberanos y bonos del tesoro.

Los bonos soberanos y los bonos del tesoro están directamente relacionados ya que estos últimos son un tipo de bono soberano que fija el plazo de la deuda en un período superior a diez años.  En Estados Unidos, los bonos soberanos también son conocidos como “Treasury Bills”. La inversión en bonos del tesoro de Estados Unidos se considera la más segura, por eso los tipos de interés siempre serán más bajos que en cualquier otra deuda negociada.

Los bonos soberanos están considerados como los más seguros del mercado (puesto que tienen el respaldo de los gobiernos centrales) y, por lo tanto, los de mayor calidad. Estos bonos son los elegidos por muchos inversores, convirtiéndose en objeto de sus compras y sus ventas. El apoyo del gobierno es lo que hace que estos bonos sean de alta calidad, por el escaso riesgo de impago que suponen. Pero en cuanto la probabilidad de un país de afrontar un pago disminuya, entonces aumenta la prima de riesgo.

El problema reside en la manera de analizar la capacidad de pago que tiene un país. El indicador básico que nos indica el riesgo país es la diferencia entre las tasas de intereses que pagan los bonos (en dólares) emitidos por países en vías de desarrollo, y los “Treasury Bills” de Estados Unidos, considerados “libres” de riesgo. Y esta diferencia (conocida como “spread”) es la que se identifica con la posibilidad de que el gobierno que emite la deuda incumpla el pago de sus obligaciones.

Intereses en los Bonos soberanos.

Siguiendo el esquema lógico, cuanta mayor sea la inseguridad en el pago de la deuda, mayor será el interés que se deberá pagar, es decir, que los bonos que supongan un riesgo alto de impago, se les impondrá unas condiciones de pago más duras con unos intereses más elevados, traduciéndose en una prima de riesgo elevada, que es el resultado del coste del incumplimiento de pago.

La inversión en bonos soberanos parece tener  más ventajas que desventajas, sobre todo si tenemos en cuenta que el gobierno central del país respondería al pago. La dificultad llega en períodos de crisis, donde debemos evaluar con mayor cautela esta capacidad de afrontar el pago de los distintos países.

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