¿Cuál es el Impacto fiscal del subsidio a la gasolina en Colombia?

Todo subsidio implica un sacrificio fiscal, porque el dinero que se regala debe provenir de algún lado, y en el caso de las finanzas públicas, solo existen tres fuentes posibles:

1. Impuestos.
2. Endeudamiento.
3. Dividendos de empresas industriales y comerciales del Estado.

Entre más alto es el subsidio, más recursos deben destinarse del presupuesto público para financiar esos subsidios, y es lo que crea el llamado hueco fiscal.

Lo anterior hace evidente que con la eliminación del subsidio se alivia el déficit fiscal, lo que estabiliza el presupuesto del país, mejorando sus índices de riesgo, lo que redunda en una mejora en la calificación de riesgo país, entre otros efectos positivos.

Por supuesto, eliminar los subsidios al combustible tiene un costo político que no muchos políticos están dispuestos a asumir, y ha sido la causa de que ese déficit se haya incrementado tanto, porque no se quisieron desmontar los subsidios, y cuando se intentó, no se permitió, generalmente por cálculos políticos, como todo lo relacionado con los recursos públicos, que en general no se manejan con criterios técnicos, sino políticos.

Adicionalmente, la necesidad del subsidio se ha debido a que el precio de la gasolina se calcula con base en el precio internacional, lo que ha sido criticado porque Colombia es un país autosuficiente en producción petrolera y, por lo tanto, se cuestiona la razón de por qué se deben vender sus derivados a precios internacionales si aquí se producen en su mayoría.

Esa situación ha llevado a que, cuando el precio internacional del petróleo se ha incrementado, para no subir los precios internos de la gasolina al mismo ritmo y provocar un descontento popular que conlleva pérdida de respaldos políticos, se optó por que el Estado subsidiara esa diferencia de precios. Una vez más, priman los criterios políticos sobre los técnicos.

Por si lo anterior no fuera suficiente, el precio de la gasolina tiene un alto componente de impuestos, lo que la hace mucho más cara y por ello requirió más subsidio, al punto que en el pasado lo que se cobraba de impuestos casi equivalía al monto que se subsidiaba. Lo que se le cobra al ciudadano se le devuelve en parte como regalo para que siga teniendo una buena percepción de los políticos que «ayudan» a la gente. Más cálculos políticos...

Considerando lo anterior, no hay una solución distinta que disminuir impuestos y desligar el precio de la gasolina del precio internacional, pero ello supondría una gran pérdida de ingresos para el Estado, tanto vía impuestos como vía dividendos de Ecopetrol, que es una gran fuente de ingresos fiscales; de modo que esa solución también incrementaría el déficit fiscal, así que la única solución fácil que ha encontrado el Estado, como es costumbre, es que el ciudadano pague.

Naturalmente, hay otro tipo de soluciones complementarias, como una disminución del gasto fiscal, de la burocracia, de la corrupción y mejora de la competitividad, pero son soluciones que van contra los intereses directos de los políticos, por lo que nunca se consideran, y es lo que nos distingue de los países desarrollados, y una de las causas de nuestro atraso económico.