Cuando necesitamos adquirir una deuda, contamos con la opción de tomar un crédito a distintos plazos. En general, a mayor plazo, menor será la cuota mensual. Además, existen créditos que, por su naturaleza, ofrecen tasas de interés más bajas y plazos más largos, como el crédito hipotecario, lo que reduce aún más la cuota. Sin embargo, esto no significa necesariamente que sea la mejor alternativa. Por esta razón, es indispensable hacer los cálculos y comparar escenarios de forma realista antes de tomar una decisión.
Posibles escenarios.
El escenario más común consiste en tomar un mismo crédito, con la misma tasa de interés, pero a plazos distintos. Otro escenario frecuente es comparar un crédito de libre inversión, con una tasa más alta y un plazo más corto, frente a un crédito hipotecario, con una tasa más baja y un plazo más largo. En ambos casos, el monto del crédito es el mismo, pero cambian las tasas y los plazos.
Este segundo escenario es especialmente relevante para quienes optan por créditos de libre inversión con garantía inmobiliaria, ya que estos suelen ofrecer tasas significativamente más bajas que los créditos de libre inversión tradicionales y, además, permiten plazos más amplios.
Más plazo, menor cuota, pero más interés pagado.
Como se mencionó al inicio, entre mayor sea el plazo, menor será la cuota mensual, pero mayor será el total de intereses pagados durante la vida del crédito, incluso cuando la tasa de interés sea inferior.
Ejemplo:
| Concepto | Corto plazo | Largo plazo |
|---|---|---|
| Monto | $50.000.000 | $50.000.000 |
| Plazo | 72 meses | 180 meses |
| Tasa de interés | 1.7% | 1.2% |
| Cuota mensual | $1.209.263 | $600.084 |
| Total interés pagado | $37.066.907 | $58.015.126 |
Este ejemplo muestra que un crédito con una tasa de interés más baja, pero a un plazo mucho mayor, puede generar un pago total de intereses superior al de un crédito con una tasa más alta y un plazo más corto. Esto confirma que no es posible evaluar “a ojo” cuál opción es más conveniente, ya que el resultado puede ser contrario a lo esperado.
La cuota más baja puede resultar engañosa, pues al extenderse durante un periodo más largo, los intereses se acumulan en mayor proporción. Este efecto del tiempo se hace aún más evidente cuando ambos créditos tienen la misma tasa de interés.
¿Cuál es la mejor opción?
En principio, la mejor opción es aquella que permite pagar la menor cantidad de intereses, lo cual suele lograrse con plazos más cortos. No obstante, la elección depende de la situación financiera de cada persona.
Un plazo corto implica pagar menos intereses, pero asumir una cuota mensual más alta, lo que puede afectar el flujo de caja y aumentar el riesgo de incumplimiento. Esto podría derivar en intereses de mora más elevados o incluso en un proceso de ejecución judicial del crédito.
Por el contrario, un plazo largo permite cuotas mensuales más cómodas, reduciendo el riesgo de caer en mora, aunque a costa de pagar más intereses a lo largo del tiempo. En este caso, se sacrifica el costo financiero en favor de la tranquilidad.
La opción ideal suele ser elegir un plazo largo con una cuota manejable y realizar abonos a capital en los periodos en los que el flujo de caja lo permita. De esta forma, el crédito puede pagarse en menos tiempo y con menos intereses, manteniendo al mismo tiempo un menor riesgo financiero ante posibles imprevistos y problemas de caja.
Resumen
Elegir un crédito no debe basarse únicamente en el valor de la cuota mensual. Aunque los plazos largos ofrecen pagos más bajos y mayor tranquilidad, suelen implicar un mayor pago total de intereses, incluso cuando la tasa es menor. Por ello, comparar cifras reales es fundamental para tomar una decisión acertada.
Los créditos a corto plazo permiten ahorrar en intereses, pero exigen cuotas más altas que pueden afectar el flujo de caja y aumentar el riesgo de incumplimiento. En contraste, los plazos largos reducen ese riesgo, aunque incrementan el costo financiero total del crédito.
Una estrategia equilibrada consiste en optar por un plazo largo con una cuota cómoda y complementar el crédito con abonos a capital cuando sea posible. Así se logra reducir intereses y plazo efectivo, sin comprometer la estabilidad financiera ni asumir riesgos innecesarios.
Evaluación financiera en línea.
La siguiente calculadora le permite comparar dos escenarios, de corto y largo plazo, mostrando la cuota mensual, el total de intereses pagados al final de crédito, y el valor presente neto de esos intereses a fin de hacerlos comparables.
Para hallar el valor presente neto de los intereses pagados puede ingresar la inflación mensual esperada durante la vigencia del crédito. Por ejemplo, 0.5% mensual para una inflación anual estimada del 6%.

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