Valor mínimo para clasificar un activo como fijo

Nos consultan nuestros lectores cuál es el tope o valor que debe tener un bien para que sea considerado como un activo fijo.

A partir de qué monto un bien se considera activo fijo.

Al respecto, tenemos que decir que el valor de un bien es irrelevante para calificarlo como activo fijo, movible, costo o gasto.

La clasificación de activo fijo está dada por el uso o destinación que el ente económico haga del bien adquirido, sin importar su valor.

Un activo fijo es un bien que se adquiere para ser utilizado por la empresa para operar normalmente, para ser utilizado en la generación de ingresos o en el funcionamiento de la misma, y que, por supuesto, no está destinado para la venta en el corto y mediano plazo.

Ejemplo.

Puede ser el caso de un destornillador, cuyo valor es poco representativo, pero si se compra con la intención de hacer las reparaciones o instalaciones requeridas por la empresa, se debe clasificar como un activo fijo, ya que es un producto que no se venderá y que se conservará por muchos años en poder de la empresa, tiempo durante el cual estará prestando un servicio a la empresa.

¿Cuándo se considera activo fijo o gasto?

Un activo de poco valor es activo por el uso o destinación que se haga de él, pero por cuestiones de simplicidad algunas empresas llevan al gasto los activos de poco valor; sin embargo, ese monto es definido libremente por cada empresa. Es política interna de cada quien decidir a partir de qué valor se debe contabilizar una compra como gasto, aun cuando técnicamente se deba considerar un activo.

Aquí es donde entra en juego la materialidad del pago realizado, o del artículo comprado, puesto que, si es algo poco representativo, la empresa puede llevar el valor del producto al gasto directamente.

En todo caso, por ley o norma, no existe un valor mínimo a partir del cual una compra debe ser llevada al activo, quedando a criterio de cada empresa fijarlo de acuerdo a la materialidad.

¿Cuándo un activo se convierte en gasto?

Un activo se convierte en gasto cuando se deteriora o se deprecia, toda vez que se debe reconocer como gasto el desgaste o deterioro que sufre el activo por su uso normal.

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