El consumo medio de cualquier persona está supeditado a su capacidad económica. Lo que mide la propensión marginal al consumo (PCM), es el crecimiento de este consumo cuando incrementa la renta. O lo que es lo mismo, mide empíricamente el consumismo inducido por los ingresos adicionales (marginales).
Esta relación entre consumo e ingresos se puede extrapolar en macroeconomía a conceptos de ahorro, importaciones y exportaciones, inversiones…
La PCM se calcula mediante derivadas, con la siguiente fórmula matemática:
PCM = dC/dYD
De donde:
- PCM = Propensión marginal al consumo (fluctúa entre 1 y 0)
- C = Consumo
- YD = Ingreso disponible
El análisis keynesiano formula la PCM de la siguiente manera:
C = CO + cYD
De donde:
- CO = Consumo autónomo o fijo.
- c= Propensión marginal a consumir
Un ejemplo de PCM:
Situémonos en la hipótesis de una persona que ingresa 2000€, consume 1800€ y ahorra 200€. Si esta misma persona aumenta sus ingresos en 1€ (una unidad), podremos empezar a calcular la PCM.
De este modo, el importe de ingresos incrementaría, siendo el total 2001€. La cantidad destinada al consumo sería de 0,7€ y se ahorrarían 0,3€ más, pasando a ser los totales de 1800,7€ y 200,3€ respectivamente.
Lo que se pretende demostrar con este concepto es que, en el caso de que esos ingresos iniciales siguieran aumentando, cada vez se destinaría más al ahorro y menos al consumo, debido a que la capacidad económica del individuo aumentaría y las necesidades básicas de consumo estarían cubiertas, permitiendo un mayor ahorro. De este modo, podemos deducir que, con toda probabilidad, si se ingresara 1€ más, la relación consumo/ahorro podría ser de 0,6/0,4.
De esta relación entre consumo e ingresos se puede sacar la siguiente conclusión:
A medida que aumenta el nivel de ingresos, la PCM es menor. Dicho de otro modo, el aumento de ingresos es inversamente proporcional a la propensión marginal al consumo.
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