Entre los empleadores, e incluso entre abogados y contadores, está muy extendido el argumento según el cual, en la semana en que haya días festivos, el trabajador solo tiene derecho a las horas extras una vez se completen las 44 o 42 horas que comprenden la jornada laboral semanal, lo que es absolutamente equivocado, falso, como pasamos a explicar.
El argumento de las empresas.
Las empresas argumentan que no existe obligación de pagar horas extra cuando, a causa de un día festivo, el trabajador no completa la jornada máxima semanal legal. Según esta postura, mientras no se superen los límites de horas establecidos por la ley laboral, el tiempo adicional exigido en otros días no constituye trabajo suplementario, sino una compensación de horas no laboradas durante la semana.
Para sustentar esta práctica, la empresa distingue entre jornada laboral y horario de trabajo. Señala que la jornada corresponde al total de horas que deben cumplirse en el período semanal, mientras que el horario es la forma en que dichas horas se distribuyen a lo largo de los días. En consecuencia, considera legítimo modificar el horario y redistribuir las horas dentro de la misma semana laboral, incluso si ello implica trabajar en momentos que normalmente no hacen en el horario habitual.
En otras palabras, entienden que las horas extras solo se deben pagar si se ha completado la jornada laboral semanal, objetivo que no se cumple cuando en la semana hay días festivos, lo que impide al trabajador reclamar horas extras si en los otros días de la semana debió laborar más de lo convenido.
El error de interpretación.
Es cierto que si el trabajador no labora las horas completas en la semana no tiene derecho a las horas extras. Por definición, la hora extra es la que excede a las máximas legales o contractuales, y si estas no se completan, es un imposible que haya horas extras.
El error de interpretación consiste en creer que cuando hay un festivo, la jornada laboral semanal sigue siendo de 44 horas o de 42, y no es así.
Cuando hay un festivo, que es un día de descanso remunerado obligatorio, la jornada laboral semanal se disminuye, puesto que el festivo se toma como si el trabajador hubiera laborado. En consecuencia, si la semana laboral es de 42 horas, al haber un festivo no serán 42 por obvias razones.
Para ilustrarlo, supongamos que la jornada laboral semanal es de 42 horas y que se distribuyó en 6 días, de lunes a sábado, de modo que la jornada diaria es de 7 horas. Eso significa que, si hay un festivo, el trabajador no debe laborar 42 horas, debe laborar 35, y las horas extras se causan a partir de las 35 horas semanales.
Pretender que, cuando hay un festivo, el trabajador aún deba completar 42 horas semanales para tener derecho a las horas extras, implica desconocer el festivo, que por ley es un descanso remunerado. Equivale a que el trabajador deba compensar el festivo, reponérselo al empleador como si la ley no lo hubiera reconocido, y el empleador no puede quitar lo que la ley ha dado.
En la siguiente calculadora en línea se puede determinar con precisión las horas extra que se laboran en una semana en la que hay festivos.





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